Los Discípulos que asumieron el Reto de la Gran Comisión en los tiempos de la Iglesia Primitiva fueron hombres que decidieron ser diferentes, que se destacaron de la Multitud de Seguidores, se salieron del común, que se entregaron a las causas del Reino de Dios sin pensarlo dos
veces. En la biblia encontramos
expresiones como “y al instante dejándolo todo le siguieron”. Hombres y mujeres (Lucas 8:1-2) que lo
dejaron todo al instante para seguir al Señor. No esgrimieron excusa para eludir el llamado: EXCUSAS DE TIEMPO: no dijeron cosas como más tarde,
después, más adelante, voy a pensarlo, luego - luego, etc.
EXCUSAS CIRCUNSTANCIALES: tampoco se escondieron tras circunstancias como:
primero voy a terminar esto, estoy cansado, tengo muchos problemas, tengo
muchas obligaciones, tengo mucho trabajo.
Un hombre le dijo al Señor “déjame ir a enterrar a mi padre, y vuelvo”,
y el Señor le respondió “dejad que los muertos entierren a sus muertos, y tú
ven y sígueme” (Lucas 9:60).
EXCUSAS EMOCIONALES: no puedo, no soy capaz, no soy digno, no me gusta,
soy débil, no creen en mí, hay mejores que yo, etc.
Hay páginas y páginas de la Biblia adornadas con los milagros, prodigios y hazañas de hombres que se creyeron lo dicho por el Maestro cuando declaró "cosas mayores que estas haréis" (Juan 14:12). No eran hombres extraterrestres, fenomenales, o alguna clase de X Men
con poderes mutantes, jeje. Sólo eran hombres comunes, pero entregados. Santiago 5:17-18 habla de un hombre "sujeto a pasiones
semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para que no lloviese, y no
llovió sobre la tierra por tres años y seis meses. Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y
la tierra produjo su fruto.” Cómo lo logró entonces??? Sencillo... era un hombre entregado y creyente a la Palabra de Dios.
Si creemos
a la Palabra, el Señor nos dio autoridad sobre las enfermedades (Mt. 10:1 y Mr.
16:17-18): “Y estas señales seguirán a los que creen: en mi Nombre echarán
fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y
si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus
manos, y sanarán.”
Es sencillo: todo creyente tiene el potencial para hacer milagros, pero se hace necesario aceptar, conocer, decidirse y usar el Poder. Pedro lo hizo, y en Hechos 5:12-16 nos dice “Y por la mano de los apóstoles
se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en
el pórtico de Salomón. (...) tanto que sacaban los
enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro,
a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos
venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y
todos eran sanados.”
Otro que creyó y asumió el Poder fue Pablo: en Hechos 19:11-12 nos dice "Y
hacía Dios milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aun
se llevaban a los enfermos los paños o delantales de su cuerpo, y las
enfermedades se iban de ellos, y los espíritus malos salían."
A principio de los 80´s hubo una serie de televisión (El Súper Héroe Americano) que presentaba a un hombre común y corriente que recibió un regalo de unos extraterrestres. La valija contenía un uniforme de superhéroe, que al ponérselo le daría muchos y magníficos poderes, con los cuales debía ayudar a la humanidad. La serie muestra cómo este joven nunca pudo usar los poderes de manera efectiva y eficaz, por varias razones que se pueden deducir de la banda sonora de la serie (Believe it or not - al final les dejo el link de Youtube): primero no cree que sea así, segundo no cree que
sea digno de tenerlo, de ahí que tercero cree que otro se lo merece, y cuarto
no sabe cómo usarlo, porque desafortundamente perdió el manual de instrucciones (handbook).
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Senior Pastor