La ingratitud no era el problema mayor de los nueve leprosos que no regresaron a darle gracias a Jesús por el milagro que había hecho en sus cuerpos; porque estoy seguro que cuando ellos descubrieron que estaban limpios pensaron "wow tenemos que ir a darle gracias al Señor porque nos sanó". Pero se enredaron en su lista de prioridades: primero tenemos que ir a mostrarnos al sacerdote; además a cambiarnos esta ropa; además a buscar la familia que hace rato no vemos; y también a etc., etc., etc.
Sinembargo hubo un décimo leproso que también tenía que ir a mostrarse al sacerdote, que tampoco había visto su familia en mucho tiempo, y quien también tenía una lista larga de pendientes, pero con un orden de prioridades bien definido: "lo demás puede esperar... porque ahora mi prioridad es devolverme a darle las gracias al que me sanó. Primero Jesús, y luego lo demás!!!
Nada más inoportuno que un agradecimiento fuera de tiempo y contexto... como quien dice "ya para qué!"
Es Jesús el primero en tu lista de prioridades? Espero que sí...